Enfermedades asociadas por no esterilizar a una gata o perra
En el anterior artículo, os contamos cómo es el ciclo sexual de la perra y de la gata, para que pudiérais comprender por qué es tan importante esterilizar a una gata o una perra, o castrarlas para prevenir enfermedades como los tumores mamarios, uterinos y ováricos, las pseudogestaciones y las piometras.
Esterilizar a una gata o una perra ¿qué es la castración o ovariohisterectomía?
La ovariohisterectomía (OHE), esterilización o castración, es un proceso quirúrgico rutinario seguro donde se extraen los ovarios y el útero. Para una mayor seguridad, por protocolo anestésico, se realiza previamente un análisis de sangre y pueden realizarse otras pruebas como radiografías, medición de la presión arterial y/o electrocardiogramas.
Hay dos formas de realizar la intervención para esterilizar a una gata o perra: la forma tradicional y por laparoscopia. Esta última es menos invasiva, las cicatrices son menores y el tiempo de recuperación es más rápido.
Una vez realizada la cirugía y cuando el animal ya esté estable, ya en casa, es normal que se encuentren más decaídas, ya que aún están bajo efecto anestésico. Para evitar dolor, inflamación o infecciones, el cirujano puede pautar medicación para administrar en casa. Es muy importante que la perra o la gata no se chupe o toque la zona, por lo que es imprescindible poner un collar isabelino o un body, las 24h del día, hasta que la herida esté totalmente curada.
Es recomendable comprarlo antes de la intervención y asegurarse de que es la talla adecuada.
¿Por qué es necesario esterilizar a una gata o una perra?
Castrar a las gatas y a las perras tiene múltiples ventajas. A continuación te contamos cuáles son:
- Previene el estro o celo.
- Evita camadas no deseadas.
- Previene el desarrollo de neoplasias de ovario, útero, vagina, vulva y mama.
- Se tratan anomalías congénitas.
- Evita piometras (infección de útero).
- Evita metritis (inflamación del útero).
- Se controlan anormalidades endocrinas.
- Se controlan dermatosis (procesos dermatológicos).
- Evita pseudogestaciones (embarazo psicológico).
Enfermedades derivadas por no esterilizar a una gata o una perra
Un desequilibrio en las hormonas sexuales o en procesos fisiológicos internos, puede desencadenar una gran cantidad de patologías. Por ejemplo, la progesterona es una hormona que está relacionada con la aparición de tumores mamarios, pseudogestaciones e hiperplasias endometriales quísticas y piometras.
Es muy importante que cuando se observen algunos de los síntomas que se desarrollan a continuación, o se detecte algún cambio de comportamiento, acudamos al veterinario lo antes posible, para poder tener un diagnóstico y poder tratarlo cuanto antes.
En este artículo os contamos las patologías más frecuentes por no castrar a las perras y a las gatas: la pseudogestación, los tumores de ovario, útero, vagina y mama y las piometras. Aún y así, hay que tener en cuenta que hay muchas más patologías como quistes ováricos, hiperplasias endometriales quísticas, torsiones uterinas, prolapsos vaginales y uterinos, etc.
- Pseudogestación: en la fase de diestro, de manera fisiológica por los elevados niveles de progesterona, es frecuente observar el aumento de las glándulas mamarias. A veces, se desarrolla de forma exacerbada y nos encontramos que hay secreción láctea. Suele ser un proceso autolimitante que dura unas semanas, pero hay casos que puede persistir durante meses. Existe tratamiento farmacológico por lo que es importante acudir al veterinario para que valore instaurarlo. Es muy probable que, si una perra ha padecido pseudogestación, la vuelva a padecer en ciclos posteriores. La pseudogestación, además, tiene una importancia añadida y es que se ha demostrado que puede promover el desarrollo de mamitis y tumores mamarios.
- Piometras: esta enfermedad consiste en la acumulación de material purulento en el interior del útero de hembras no castradas. Ocurre generalmente durante o inmediatamente después del celo o estro (fase de diestro). Suele ser de dos tipos: de cérvix abierto o cérvix cerrado, siendo la última una urgencia quirúrgica que requiere rápida intervención. Afecta al 25% de hembras adultas sin esterilizar, a cualquier edad, pero generalmente antes de los 10 años. En gatas se asocia a animales que nunca han tenido gestación en menos de 5 años. Para más información sobre la enfermedad, podéis leer el artículo en el que explicamos todo acerca de la piometra.
- Tumores de ovarios y útero:tanto en la perra como en la gata son poco frecuentes. Pueden ser de diferentes tipos. Por ejemplo, en la perra es más frecuente el tumor de las células de la granulosa y suelen ser benignos; sin embargo, en la gata suelen ser muy malignos. La prevención y el tratamiento es la ovariohisterecomía. Puede requerir tratamientos complementarios si hay metástasis en otros órganos. El pronóstico suele ser reservado o desfavorable.
- Tumores de mama: las perras presentan normalmente 10 mamas y las gatas 8. Cada mama presenta una glándula y un pezón, a los extremos de la cadena nos encontramos con un ganglio axilar y un ganglio inguinal. La localización más frecuente de los tumores es en las mamas inguinales porque son las más desarrolladas y con más tejido. La mayoría de los casos están causados por acción hormonal.
En perras sin castrar el tumor de mama es la neoplasia más frecuente. La edad más frecuente es entre 6 y 10 años. El 50% suele ser maligno, y del 50% que son benignos, un 60% tiende a malignizarse posteriormente. El 42% de los casos son tumores únicos (por cada cadena) y el 58% múltiples. En gatas es la tercera neoplasia más frecuente y entre el 80 y 96% son malignos. La edad más frecuente es entre los 10 y 12 años.
A través de estudios, se ha demostrado que la edad en la que se realiza la castración afecta a la probabilidad de desarrollar posteriormente el tumor. Por ejemplo, en este estudio con perras se determinó lo siguiente:
- Castrar antes del 1er celo, hay una probabilidad de 0,05% de padecer la neoplasia
- Castrar entre el 1er y 2do celo, hay una probabilidad de 8% de padecer la neoplasia
- Castrar entre el 2do y 3er celo, hay una probabilidad de 26% de padecer la neoplasia
- Castrar posterior al 3er celo no disminuye el riesgo de padecer tumores malignos, pero sí benignos.
- En otro estudio con gatas se determinó que si se castraban antes del primer año disminuye el riesgo a un 14%.
Para diagnosticarlo es imprescindible hacer un procedimiento llamado PAAF (punción aspiración aguja fina) con el fin de aspirar células que nos va a poder permitir realizar una citología y orientar, por el tipo de células observadas, si hay presencia o no de una neoplasia y saber de qué tipo es. Es una herramienta para valorar si requiere cirugía o no. También es frecuente realizar una biopsia escisional que nos permitirá valorar el grado histológico de malignidad, radiografías en varias proyecciones para descartar si hay metástasis y otras pruebas complementarias como analíticas de sangre, ecografías, etc.
Para prevenir es importante realizar una castración temprana al animal, y además realizar una exploración rutinaria de toda la cadena mamaria. Empezaremos palpando axilas e iremos bajando hasta encontrarnos con la primera mama, palpando tejido glandular y pezón, seguiremos bajando explorando todas las mamas y terminando en la ingle.
Es importante palpar el pezón y todo el recorrido de piel hasta el siguiente pezón. Si este procedimiento lo hacemos cada cierto tiempo, por ejemplo, cada mes, podremos ver cualquier aparición nodular de forma muy precoz.
Para concluir, nos gustaría incidir en la importancia de la prevención, ya que con algo tan sencillo como una castración en el primer año de vida, podemos evitar una serie de patologías con un pronóstico muy desfavorable.
Ante cualquier duda o si notáis cualquier comportamiento fuera de lo normal, podéis solicitar una llamada en nuestra app y nuestras veterinarias estarán encantadas de ayudaros con lo que necesitéis.